Si al despertar, no he soñado contigo, me lo invento y sigo. Solo pensar en tumbarme en tu ombligo, me hace ser testigo de el calor cosido a nuestra piel.
Enredarnos en la cama, y que mañana, no amanezca hasta las doce, que nos destrocen los latidos, que las ganas se disuelvan en el roce de tu cuerpo contra el mio.
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